Desperté. Al abrir los ojos noté que el cielo seguía oscuro y caía una leve llovizna sobre la ciudad. Era una típica imagen inglesa.
La luna emitía un leve resplandor que entraba por la ventana sin estar tapada por alguna cortina, me la quedé mirando por un buen rato, hasta que tomé noción de que había pasado ya mucho tiempo.
Me fijé la hora en el reloj de mi celular, el cual lo había dejado sobre la mesa de noche. Eran las dos y quince. No había dormido casi nada. Pero no tenía sueño, es más, mis ojos estaban completamente abiertos con las pupilas dilatadas a falta de luz.
Y había algo raro en todo ése asunto. Mi cuerpo estaba… perfecto. Me sentía con fuerza, con energía, me sentía con muchas ganas. Ganas de golpear, romper, correr… has sentido esa sensación alguna vez en tu vida, ¿verdad? Bueno, pero en mi lugar era mucho más poderoso, más fuerte, más instintivo. Instintivo. Así lo sentía, totalmente natural. Pero sabía que no era así.
Oía el leve ronquido de Drew mucho más claro. A pesar de la oscuridad, lograba notar los objetos que me rodeaban más definidos. Era algo raro, pero se sentía genial.
Levanté la mitad del cuerpo y me quedé sentado sobre la cama. No podía quedarme tanto tiempo quieto, necesitaba salir, necesitaba moverme. Y eso fue lo que decidí.
Me paré y fui en busca de algo de rompa un poco más abrigada, porque esa noche había refrescado un poco más que en el día. Tomé una de las tres camperas de cuero y me la calcé, de paso me puse unos jeans negros y unas zapatillas Converse negras y blancas.
Al abrir la puerta de la habitación noté un nuevo sonido. Algo parecido al ronquido de Drew, pero más ligero, algo así como más delicado.
Llevé la vista hacia la procedencia de ese sonido: el cuarto de Amy.
¿Era posible que pudiese oírla desde donde estaba? ¿Y además con su puerta totalmente cerrada? Sí, a mí también me sorprendió. Mis sentidos se habían desarrollado, pero… ¿y mis otras cualidades físicas? Eso estaba por probarse.
Bajé las escaleras con todo el silencio posible.
Al llegar a la planta baja encendí las luces del living. Al iluminarse sentí cómo mis ojos se adaptaban al nuevo nivel de luminosidad. Busqué la puerta del frente y fui hacia ella.
Al tomar el picaporte y jalar me di cuenta de que estaba trabada con llaves.
Miré hacia todos los lados buscándolas. Me fijé en la cocina, en la mesita del living, en donde se cuelgan las llaves… nada.
Amy la había cerrado.
Entonces se me ocurrió salir por la parte del patio trasero.
Fui hacia la puerta de atrás y la abrí. Fuera comenzó a llover más fuerte y con más frío. Las nubes taparon a la luna y estaban completamente marrones. Todo el césped del jardín estaba embarrado junto con las flores que estaban en pose deprimida.
Me puse la capucha de la chaqueta y salí al exterior. Ahora tenía que ingeniármelas para cruzar el tapial. No me quedaría toda la noche sin hacer nada, quería salir, necesitaba salir.
Al estar contra el muro, liso, sin ninguna clase de defecto y todo resbaladizo por la lluvia, me quedé mirándolo mientras pensaba cómo hacer para cruzarlo. Medía como dos metros y medio. ¿Una escalera? No sabía si había y desde donde estaba no veía ninguna. ¿Corriendo y saltando? Muy pronto para probar eso ahora, tenía miedo de fallar y estrellarme contra la pared… no sé si me rompería yo o ella… ¿y si sólo intentaba saltar? ¿Qué tan alto lograría hacerlo? Siempre hay una primera vez para todo.
Hice dos pasos hacia atrás, flexioné las piernas, posicioné los brazos hacia atrás para poder tomar impulso, respiré hondo unas tres veces y, sin estar seguro todavía, salté.
Fue raro porque, con solo un pequeñísimo empujón de mis piernas lo hubiese podido saltar. O sea, exageré en mi primer intento.
Pensando que el tapial era mucho más alto, me elevé con todas mis fuerzas y eso me llevo a estar dos veces la altura del muro sobre él. Era como si la gravedad hubiese disminuido. Pero al caer caí con la misma velocidad y peso de siempre, así que no era la gravedad, era yo. Mi nueva fuerza. Completamente lista.
Aterricé sobre la pared y no sentí dolor en las piernas por caer desde esa altura. Se sentía normal. Mis músculos reclamaban más, y eso tendrían hasta estar agotados, hasta que se enciendan en fuego… bueno, no, tanto no.
Examiné la calle, aunque no había mucho que ver.
La calle estaba completamente desierta como ayer. Los faroles estaban encendidos y, por el camino que recorría la luz, podías notar las pequeñas, pero a miles, gotitas de agua cayendo sobre el pavimento dejándolo brillante y fresco de nuevo.
Como nuestra casa y la de los vecinos no estaban pegadas, bajé del muro dejándome caer e hice unos pocos pasos hasta llegar a la vereda de la cuadra.
No había pensado muy bien qué hacer hasta salir fuera. La verdad es que me quedé quieto mirando en una posible dirección para salir corriendo. Pero… ¿debía hacerlo? ¿Y si alguien me veía? Ese sería el mayor problema de todos…
Fue en ese momento cuando recordé que los que estaban en la clase de Educación Física vieron el suceso que había provocado Amy. Todos saben qué pasó, pero a estas alturas alguien debió de haber llamado a la policía o algo por el estilo. No creo que a Amy se le haya pasado una cosa así. Algo tendría que haber hecho.
Recordé lo que nos dijo cuando salimos fuera del colegio: “…rápido salgan de aquí, vayan a la entrada y quédense ahí.” Y luego de que hicimos lo que nos ordenó ella salió un poco más tarde de aquel anexo… ¿qué había hecho?
Pero bueno, ese no era el problema más importante que tenía en ese momento, necesitaba que no me viesen.
Luego de un momento de reflexión se me ocurrió que podía ir por los techos… «¡Por los techos!», pensé… pero había otro problema: ¿cómo subiría ahí? ¿Saltando? No, era mucho más alto que el muro anterior. Podría entrar de nuevo y… no, tampoco, no tenía balcón como para saltar hasta el techo.
«Mmmh...»
¿Trepando? No era mala idea. Aunque ¿sería capaz de hacerlo?
Me acerqué a la casa vecina. Para subir trepando tenía que tomar algo de impulso. Así que me alejé unos diez pasos, por las dudas, y corrí hacia delante.
Eso también fue raro.
Al acercarme a tanta pero tanta velocidad sentí una sensación… difícil de explicar. Pero con mis palabras, lo defino como algo increíble. Mucho más que haber corrido contra Amy y su moto. Mucho más rápido. El doble. El triple. No estaba seguro. Sentí mucha adrenalina, sentí mis sentidos activos, alertas a cualquier obstáculo.
Llegué a la pared de aquel hermoso hogar. Primero salté un poco para tomar algo de ventaja al trepar y, muy pero muy rápido, comencé a poner una mano enfrente de la otra, clavando las yemas de mis dedos contra la pared. Con eso me impulsaba. Sentía que dejaba pequeñas honduras en donde apoyaba los dedos. Y lo mismo sucedía con mis pies, con la diferencia de que ellos no estaban descalzos por lo que no pude hacer demasiada fuerza por miedo a romper las zapatillas.
Todo ocurrió en menos de cinco segundos. Fue sensacional.
Al estar en el techo logré dejarme ver una sonrisa. Levanté la vista hacia la dirección en la que tenía pensado correr, dejé entrever los dientes llenos de excitación y eché a correr.
Julián...!!!!!
ResponderEliminar:3 Me gusta y apuesto a que seguirá gustándome...!!!
julian me ha encantado tu historia. Me has enganchado con tu imaginación y con la trama, te felicito!!!! esta genial!!!!=). que Dios bendiga tu talento e imaginación y que todas tus aspiraciones para ser un gran escritor se cumplan. te felicito.
ResponderEliminarMuchisísimas gracias, Yulia! Significa mucho tu comentario, es raro estar del lado del escritor por primera vez, sinceramente. Gracias, gracias, gracias!
EliminarBueno, perece que ya tenes varias admiradoras y no me sorprende ya que esta buenísima la historia seguí así
ResponderEliminarJajaj, admiradoras... Muchas gracias!
Eliminarljulian es increíble! Te juro que me encanta, tus descripciones mejoraron muchísimo, tanto que me crean la imagen en la cabeza, como si fuera una película, ME ENCANTAA! Felicitaciones amigo, alto futuro te espera :)
ResponderEliminarGracias, Tiara! Muchas, muchas gracias! Y tu cumplido sobre las descripciones, sí, estuve tratando de mejorarlas!
EliminarLogan.con.exceso.de.adrenalina! jajajaja Lo amé! Es demasiado genial! Cómo me gustaría escribir como tu...tener tanta imaginación! (no estaría mal que la compartieras eh?)
ResponderEliminarMe mandas un copia cuando salga el libro si? :)
Jajajaja, te juro que si pudiera pasarte un poco... consideraría el hacerlo. Aajajajaj me hacés reír!
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