Capítulo 5 — Entrenamiento — Parte 2.

Asentí. La idea de pelear con una mujer no me agradaba, y menos contra ella.

Amy esperó. ¿Acaso quería que yo atacara primero? No caería en eso. Así que espere también.

Entendió lo que yo pretendía, porque comenzó a dar lentos pasos hacia mí. Ella sabía que yo podía esquivar todos sus movimientos: era mucho más rápido.

Amy achinó los ojos esperando respuesta alguna de mi parte. No lo iba a hacer.

Sin más, corrió hacia mí con los labios fruncidos y saltó sobre mí. Me aparté con tal velocidad que creí que había sido sólo un borrón desde otros puntos de vista.

Pero no se dio por vencida.

Al tocar tierra desapareció. Yo sabía qué iba a suceder a continuación, así que me quedé quieto, esperando una señal de su aparición de vuelta.

Ella nunca reaparecía cerca de ti, sino que, al hacerlo, corría unos cuantos pasos para continuar con la inercia que le proporcionaba aquella cosa que hacía que le generaba muchísima velocidad, casi tanto como yo. Casi.

Rogué que mis sentidos se hubieran desarrollado ya algo, un poco estaría bien para la ocasión.

Percibí unos pasos rápidos a mi derecha. Rápidamente giré la cabeza en dirección a ella y traté de evitarla, pero no pude.

Me hizo lo mismo que le había hecho a Drew, me barrió y caí al suelo.

Acto seguido se acercó a mí al haberme puesto en pié, pero hice unos rápidos pasos hacia atrás y, mientras ella recobraba la compostura por haber intentado atraparme, me abalancé sobre ella. Pero no antes de que convirtiera las manos en puños y desapareciera.

«No es justo», pensé.

Necesitaba alguna pista, algo con lo que poder atraparla e inmovilizarla.

Aguarden, cuando ella estaba por esfumarse, ¿no hacía algún movimiento físico antes de convertirse en nada?

Sus manos. ¡Eso era! Pero ahora tenía que conseguir inhabilitarlas. Sólo necesitaba un poco de tiempo para pensar, pero ella no me lo dejaba.

Lo pensé en menos de cinco segundos, porque Amy reapareció por detrás de mí e intentó golpearme, pero la tomé por la muñeca, ella trató de golpearme con el otro brazo pero lo desvié. Hice una vuelta, girándole el brazo que yo tenía sujeto, para que se quedara de espaldas. Aunque ella siempre tenía una salida.

Levantó el pie y me golpeó la mano. Sin otra opción, la solté tomándome la zona golpeada.

Tonto.

Gracias a eso bajé la guardia, entonces ella aprovechó ese escaso momento de descoordinación e intentó asestarme una patada en el rostro y, por unos milímetros, no lo logró. La tomé del pie en vuelo e hice las manos hacia arriba haciéndola dar una vuelta hacia atrás y caer de espaldas.

Creyendo que ya habíamos terminado, y que yo había ganado, Amy sonrió y con la pierna, girando sobre sí misma con ésta sobresaliendo, me barrió y al haberlo hecho, desapareció para reaparecer en un tiempo indefinido para poder tomarme de atrás, antes de que me cayera, con la mano izquierda y la derecha en mi frente. Con un claro movimiento de brazos me partía el cuello y acabaría conmigo.

Como esto era una pelea de prueba, se sobreentiende que si fuese de verdad ya hubiésemos terminado. Así que me di por vencido poniendo las manos en alto.

Exhaló con aire de cansancio.

—Al menos diste una pelea un poco más dura que Drew —admitió.

Drew resopló.

—Como tú dices —e imitó la voz de Amy—: «No están completamente desarrollados.»

Sin darle importancia, Amy agregó:

—Esto es todo por hoy, mañana les espera algo mucho más duro. Y luego duerman mucho… ya lo notarán.

Hasta que lo dijo no me había percatado de aquello. Estaba sumamente cansado. Agotado. Sentía los músculos agarrotados, sobre todo las piernas.

—Buena idea —dije, me di media vuelta y crucé la gran puerta que daba al patio en el que estábamos.

Detrás de mí escuché los pasos de Drew sobre el suelo de madera reluciente, que no estaban mucho mejores que los míos. Más pesados.

Me había sentado en el sillón para tres personas del living. Drew se dejó caer a mi lado soltando un suspiro mientras caía.

Reposando el codo en el brazo del asiento me dijo:

—¿Cómo lo llevas?

Dudé unos momentos mirando las luces y el ventilador que estaba sobre nosotros arrojándonos aire.

—Me sorprende pero… creo que puedo acostumbrarme a esto. Si es que las cosas siguen así. Quiero decir, que mientras no empeoren… —Reflexioné un momento y luego agregué: —. Aunque, pensándolo bien, no sé cómo será en un futuro. Me refiero a que si había mucha otra gente como nosotros y no lograron seguir adelante, ¿por qué nosotros sí?

Drew frunció el ceño.

—No seas tan pesimista. Piensa en positivo —me animó. Pero ni él se lo creía. Los dos sabíamos que lo que dije tiene un gran porcentaje de que sea cierto. Yo sabía que Amy se comportaba de lo más bien tratando de hacernos creer lo contrario. Pero no me engañaba.

Pero me decía a mi mismo que no tenía que preocuparme por eso ahora. Teníamos que ser valientes y dar lo mejor de nosotros. Sinceramente, los tres juntos (y Drew y yo entrenados) seríamos casi invencibles. Piénsalo. Amy hace algo así como la telequinesis y eso de esfumarse… y reaparecer por otro lado lejano corriendo a mil por hora hacia su objetivo. Drew tiene súper fuerza. Yo soy súper rápido. Además de que a nosotros dos nos aumentarán ciertas capacidades que había dicho Amy. Defiéndete ante todo eso.

Pero bueno, no tenía que hacerme altas expectativas.