“Hola, ma. No sé hasta qué punto tienes idea de lo que sucede, pero me gustaría que hablemos.”
Al enviar el mensaje, Amy nos avisó que el almuerzo ya estaba listo. Cuando abrí la puerta de nuestra habitación, en seguida culminó el aroma a carne y pasta. Mientras bajábamos el olor comenzaba a hacerse más y más fuerte. Cruzamos de la sala de estar a la cocina y ahí, en la pequeña mesa ubicada en el centro de la habitación, había tres platos cargados de bistecs y ravioles bañados en salsa blanca con especias encima. Lucía como una de esas comidas gourmet. Y lo mejor era que sabía mejor de lo que se veía.
—Wow, Amy, no sabía que sabías cocinar tan bien —comentó Drew con comida en la boca.
—Gracias, niño feo. Creo que se lo merecen por haberme sorprendido hoy en su entrenamiento. Claro que, si vuelven a repetirlo en sus futuras peleas, no sería divertido ver que la lucha dura menos de cinco minutos, y recuerden que, a medida que pase el tiempo y ambos comiencen a ser más expertos, empezarán a utilizar armas para enfrentarse.
Cuando terminamos de comer, nos levantamos y me ofrecí a lavar los platos ya que en ese momento me sentía de buen humor pero seguía agotado, sin duda alguna. Terminé de secar los platos y, al guardar los vasos en la alacena, me encontré con varios sobres de carne para cachorros. Abrí uno y se lo serví a Jack en el plato donde le había dado de comer por primera vez.
Por lo que vi, le fascinó porque, luego de olfatearlo e identificar lo que era, comenzó a devorarlo. Fui a la sala de estar. Estaba Drew mirando el televisor de quién sabe cuántas pulgadas. Me dirigí al sillón seguido de Jack, que lo senté al lado mío para poder acariciarlo.
Estuvimos hablando un rato de cosas sin importancia y mirando la TV. Pasado el rato, subí las escaleras y escuché que Amy hablaba en su habitación.
Con suma delicadeza, por miedo a que me oyera, me acerqué lo más que pude a su puerta para escuchar, aunque no me arriesgué a pegar la oreja en ella.
—… sí, puede que sea cierto, pero no quiero arriesgarme aún… Eso no pasará… No creo que falte mucho al ritmo que van sucediendo las cosas… —Y ahí se calló de golpe. No porque la persona que estaba del otro lado del teléfono habló, sino que algo le llamó la atención. Escuché que la otra persona decía “¿Amy? ¿Hola?” o eso supuse.
Me quedé quieto hasta que me di cuenta de que era yo quien había interrumpido a Amy porque había tosido sin darme cuenta. ¿Qué habrá pensado si se enterara de que yo la estaba espiando? No sería algo bueno.
Pensé en ir a mi cuarto, pero el ruido de la puerta abrirse y cerrarse me delataría, así que decidí bajar las escaleras en dos saltos ágiles y silenciosos. Aterricé contrayendo todos los músculos del cuerpo tratando de disminuir el impacto de mis pies contra el suelo de madera. Percibí una puerta abrirse en la planta de arriba seguido de un cambio en el ambiente, que lo noté por un sonido en el aire, como de ausencia. Supe que eso significó que Amy había desaparecido, por lo que atravesé la habitación haciendo volar papeles de una mesilla pequeña hasta llegar al living, donde se encontraba Drew, y al sentarme a su lado provoqué que el sillón se corriera unos centímetros a un lado al haber aterrizado en él con tanta fiereza y velocidad.
Mi amigo por poco no saltó de su lugar, sorprendido de mi acelerada aparición.
Fingí estar mirando televisión con gesto de estar aburriéndome, apoyando el peso de mi cabeza en mi mano, mientras mi codo descansaba en el reposa brazos. Antes de poder haber parpadeado, Amy apareció en frente nuestro entrecerrando los ojos. Drew apartó la vista de mí para posarla en ella al igual que yo.
—¿Sucede algo? —pregunté. Drew, al notar que yo estaba actuando, supo que seguirme la corriente era lo que yo estaba esperando que haga, así que me acompañó con mi farsa calmando un poco su gesto de sorprendido por haberme visto a mí y me imitó.
Amy nos repasó con la mirada fulminante. Tenía el cabello negro cayéndole por un lado del rostro, mientras que el otro estaba sujetado detrás de su oreja izquierda. Pensó unos momentos y contestó:
—No, nada. —Aunque no muy decidida con su respuesta.
Drew se encogió de hombros como si no le interesara en lo absoluto y siguió mirando televisión. Amy subió las escaleras y volvió a su cuarto.
Al oír cerrarse la puerta, Drew me dedicó una mirada esperando una respuesta. Le conté lo que había oído decir a Amy por el teléfono y por qué bajé con tanta prisa.
—¿Qué tanto hace en su habitación? —se cuestionó Drew.
—Ni idea.
Cuando acabó el programa que estábamos mirando, ambos subimos a nuestra habitación. Cuando estuve por cerrar la puerta, ya que Drew había entrado primero, Amy abrió su puerta con rudeza y bajó las escaleras a máxima velocidad. Mi amigo y yo bajamos para ver qué sucedía ahora.
Ella estaba dirigiéndose hacia el patio trasero con pasos pesados y puños apretados. ¿Qué le pasaba?
La seguimos hasta que vimos que estaba revisando algo en un pequeño armario, o eso parecía, que estaba del lado de afuera de la casa. Cuando salió de ahí, la cara de Amy era una mezcla de desesperación y preocupación.
—¿Está todo en orden? —pregunté. Qué pregunta más tonta, claro que nada estaba en orden, no por anda ella estaba actuando de esa manera.
Amy se acercó a nosotros y nos dijo con voz lenta, cosa de que entendiéramos cada palabra que dijera.
—¿Alguno de ustedes utilizó su teléfono celular?
No entendía por qué eso pudiera ser algo grave. Sí, yo lo había hecho, pero ¿qué tenía de malo? Aunque era obvio que fue un error, así que contesté:
—En mi defensa, no nos advertiste nada sobre eso. —Sin embargo, seguía sin tener idea alguna.
La cara de Amy cambió: estaba más furiosa.
—Resumiré todo —comenzó a decir ya enojada—, tu pequeño inconveniente nos ha puesto en peligro. No hay otro remedio que podamos usar para volver todo como estaba antes porque no tengo ni idea de cómo reparar el campo que nos aísla de que los que pretenden asesinarnos para que no nos encuentren. Ahora ellos tienen libre acceso a encontrarnos. ¿Por qué crees que la computadora no tiene Internet? Cualquier dispositivo de comunicación o interconexión que sea utilizado mientras estemos en este barrio interfiere con nuestra única protección en estos momentos de tal forma que ni yo tengo idea porque no fui la que lo creó. No sé si ya nos descubrieron, pero lo más lógico es que estén viniendo. ¿Hace cuanto enviaste el mensaje o hiciste esa llamada?
—No hace mucho, poco después de haber almorzado —contesté sintiendo una culpa en mi interior.
Amy suspiró.
—Tendremos que marcharnos. Y pronto.
—¿A dónde? —peguntó Drew.
—Con los demás. Con los nuestros —dijo Amy.
Pero hubo algo en ese momento que no encajó. ¿Cómo que con los nuestros? ¿No había dicho Amy que nosotros éramos los últimos y que los demás habían sido asesinados? Y eso que yo había comenzado a sentirme único y especial… Así que decidí preguntarle al respecto.
—Aguarda. —Amy se dio la vuelta porque ya estaba marchándose a hacer cosas de las que no tengo idea—. ¿No habías dicho que Drew y yo éramos los últimos que quedaban de nuestra raza? —Raza. Ni que fuésemos perros o gatos.
Amy dudó qué decir.
—¿Y qué crees que soy yo? —preguntó medio a la defensiva.
—Eeeh. No sabía que eras una de nosotros…
—Pues, sí, lo soy —contestó levantando una ceja.
Pero todavía había algo que no me terminaba de cerrar.
—Pero, ¿por qué Drew y yo solamente tenemos un don y tú tienes dos? Ya sabes, eso de desvanecerte y curarnos.
—Mi don —comenzó a explicar— es “esfumarme”. Eso de curarlos es una habilidad que aprendí con el tiempo. Es más una especialidad que se les concede a ciertos de los nuestros para que, en un futuro, sean capaces de utilizarlo.
—¿O sea —dijo Drew como si recién captó la idea— que hay muchas más personas como nosotros capacitadas con dones y poderes en alguna otra parte del mundo?
—Así es. —Amy asintió con la cabeza.
Esto fue una sorpresa bastante interesante. La idea de que no estábamos solos era confortadora. No ser los que tenían que lidiar con el tema de los Monstruos de ojos negros ni nada por el estilo.
Lo que sí, Amy no me dijo por qué nos había mentido acerca de nuestra singularidad. Así que se lo pregunté.
—Quería darles un pretexto con un poco más de presión para que se tomaran en serio este asunto. Quiero decir, que quise que se imaginaran que la cantidad de esfuerzo que tendrían que emplear y la cantidad de responsabilidades serían mayores ya que todo el trabajo lo tendrían que hacer ustedes solos, claro que con mi ayuda —contestó Amy, pero en seguida agregó: —. Pero esto no quiere decir que la cosa sea más fácil, ni más ni menos. Fue solamente una mentirilla sin sentido. —Conclusión, no fue nada de importancia porque no cambió nada al fin y al cabo.
Drew y yo asentimos.
—Entonces, ¿cómo es la cosa hasta ahora? ¿Los demás están dispersos en cualquier lugar del mapa terráqueo o…? —preguntó Drew.
—Sí y no. —Como siempre, las muy concretas respuestas de Amy—. La mayoría, y con esto me refiero a que prácticamente absolutamente todos, están reunidos en su espera. Cuando uno de nosotros descubre sus poderes siempre está acompañado de un protector, como yo con ustedes. Y cuando eso sucede, pasan unas semanas o meses entrenando hasta que llegan a poder defenderse solos y toda la cosa. Así son más seguros y difíciles de capturar o asesinar, por lo que ambos, protector y nuevo, se dirigen con el resto para ir preparándose.
—¿Y hace cuanto tiempo que se lleva haciendo esta… junta? ¿O nos están queriendo cazar desde siempre? —pregunté.
—No, esto no siempre fue así. Nuestra organización comenzó a formarse alrededor de diez o quince años. Tiempo suficiente para que todos ya sean maestros en el arte de la defensa y pelea. Nos enteramos de que nos habían empezado a exterminar luego de que hayan sido asesinados cinco. Tomamos medidas más drásticas, reunirnos todos, porque raro era que matasen a uno, mataran a más ya se tornaba extraño —explicó Amy—. En fin, debemos darnos prisa. Suban y recojan sus cosas y demás, yo comenzaré a organizar el viaje.
Dejamos que Amy subiera por las escaleras y luego seguimos nosotros. Cuando Amy abrió la puerta de su habitación, eché un rápido vistazo y, por primera vez, logré ver un escritorio en donde había una gran computadora al lado de una notebook negra y algo parecido a unos teléfonos pero, no lo eran. Eran más unos walkies-talkies aunque… no.
Cuando estuve a punto de entrar a mi habitación me detuve y me di vuelta para preguntarle a Amy en dónde guardaríamos nuestras pertenencias, pero no me dio tiempo para formular la pregunta que ella la me contestó alzando la voz.
—Debajo de sus camas.
Metí una mano por debajo de donde me había dicho y arrastré hacia afuera una valija de color negro. Bastante linda y grande, diría yo. La abrí junto con Drew y metimos nuestras ropas y cosas que habíamos traído en nuestras mochilas —como mi cargador y dos libros de lectura y demás de estudio— en las respectivas maletas y las cerramos con unos pequeños candados que venían en los cierres. Cerré las ventanas y corrí las cortinas mientras Drew apagaba la computadora.
Bajamos las escaleras mientras nuestro equipaje con ruedas provocaba sonoros ruidos al chocar cada escalón.
Jack me esperaba sentado con la lengua colgando a un lado de su hocico.
Dejé mi carga a un lado y me agaché para recogerlo en mis brazos.
—Si sigues teniendo al perro todo el día encima de ti se volverá un cachorro demasiado mimado —me advirtió Drew.
Esperamos a que Amy termine de hacer lo que se supone que estuviera haciendo en el espacio que divide la cocina/comedor con la sala de estar.
Me había sentado con las piernas cruzadas y con Jack en el medio de ellas. Drew se había sentado en su valija que estaba apoyada contra la pared mientras él usaba a esta como respaldo de su asiento improvisado.
Amy bajó las escaleras y permaneció en frente nuestro con cara de susto mezclada con preocupación.
—¿Qué pasa Amy? —pregunté.
No respondió.
—¿Amy? —insitió Drew.
—Houston, tenemos un problema —dijo prestándonos atención.
El mes de espera valió la pena.
ResponderEliminarJajaja, sí, la verdad es que me demoré bastante. Espero que no vuelva a suceder.
EliminarConcuerdo con Mache' si que valió la pena :D
ResponderEliminarJajaj, sí, me demoré bastante. Igual, Bely, ya te expliqué más o menos porqué. Así que voy a tratar de subir más rápido porque hasta yo quiero saber cómo sigue. Bueno, gracias (:
Eliminaresta muy buena y como siempre dejas la intriga al maximo sigue asi cuidate bye
ResponderEliminarOMG!!!! lo que eestaaaaaaaaaaa!! me dejas ahiiiiii!! que pasara ahora?¿
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