viernes, 15 de junio de 2012

Capítulo 7 — Indicios — Parte 2.

Se acercó a mí sin ninguna prisa, sabiendo que yo era una presa fácil, levantó la mano armada y la bajó hasta chocar contra el suelo en donde yo había estado hace unos momentos. Corrí hasta la pared de una casa y la trepé con rapidez. Al estar en el techo me dediqué unos segundos para observarlo.

Gruñó con fiereza y me habló. Más bien, me gritó.

—¡Baja de ahí, niño miedoso! ¡Ven y así podré rebanarte en mil pedazos!

Creí que su voz sería monstruosa o algo por el estilo, pero fue más normal que eso, aunque no tanto como hasta parecer la de alguna otra persona. Era grave, sí, y era como si estuviese ronca, ¿sabes a lo que me refiero?

De todos modos, tenía pensado no bajar. Escapar. Pero una parte de mí, muy pequeña, sabía qué hacer. Y deseaba hacerlo.

En ese momento me sentía completo. No preguntes. Notaba cómo mi cuerpo comenzaba a adaptarse a este nuevo cambio, mis músculos adoptaban nuevos límites, mis reflejos cobraban viveza, mis sentidos aumentaban en proporciones realmente grandiosas. Había alcanzado mi verdadero límite. Era una persona nueva.

Aquella sensación me reconfortó bastante. Un alivio. Me olvidé de todo lo demás, nada de lo sucedido ocupada lugar en mi mente. Sólo tenía una cosa en ella: él.

Me dejé caer desde allí arriba hasta tocar suelo, y ahí comencé.

Corrí hacia él a tal velocidad que casi ni logró verme. Tenía las piernas en posición de recepción, por lo que aproveché esa apertura y me deslicé hasta quedar detrás de él. Al ponerme en pie, él ya había comenzado darse la vuelta bruscamente con la espada en alto. Me agaché y la misma rasgó el aire encima de mí. Yo no contaba con ningún tipo de arma, solamente mis manos y nuevas habilidades.

Claro que, al ser novato, en la pelea no salí totalmente ileso. El tipo sí que sabía luchar.

Trató de asestarme un puñetazo con la zurda, pero lo esquivé girando sobre mí mismo y apartándome unos centímetros de su brazo. Le pateé la zona del codo con todas mis fuerzas. Esperé escuchar algo similar a un crujido, pero fue como golpear algo mucho más resistente a una persona normal. Lo digo porque lo experimenté esa misma noche y no fue nada agradable.

Aprovechó ese momento y me derribó pateando mis piernas con la suya sola. Caí al suelo, pero no me dolió. Poco antes de que pudiera golpearme de nuevo mientras yo estaba en el piso, me levanté con un salto en un tiempo inexistente y estrellé mi pie contra su pecho. Eso hizo que retrocediera unos pasos hacia atrás.

Me adelanté rápidamente y empecé a golpear y a esquivar. En una de esas, se le resbaló la espada de la mano y, antes de que replicara contra el concreto, la tomé en el aire con absoluta precisión y con la velocidad de un rayo. Aproveché un golpe, que me hubiera destrozado la cara si no lo hubiese esquivado, agachándome y posicionándome detrás de él mientras la inercia lo tiraba hacia adelante. Sin pensarlo dos veces, lo atravesé con la hoja desde la espalda en dirección diagonal hasta que saliera por la zona del pecho.

Los ruidos cesaron.

Comencé a sentir un líquido caliente que recorría mi mano, pasaba por mi muñeca y en el antebrazo iniciaba el goteo.

Perplejo, solté lentamente el mango y se cayó al suelo inerte. Su pulso se había detenido junto con su respiración. No lo escuché más. Estaba muerto, absolutamente muerto.

El silencio atrajo consigo el molesto “piii” que penetraba en mis oídos. Me sentía sucio y no sé exactamente por qué. Había matado a alguien. No sabía si lo que hice fue lo correcto. Pero que él apareciera de repente y nos atacara con una espada capaz de asesinarnos, me hizo pensar solamente en “es él o yo”.

—Sabía que podías.

Sobresaltado, me di la vuelta en posición de defensa para prevenir algún ataque, pero sólo era Amy. Me sentí furioso con ella, pero no lo expresé en palabras, sabía que estaba al tanto de cómo me sentía. Simplemente la miré con el ceño fruncido impacientemente esperando una explicación.

—Esto no es nada, Logan —dijo con voz suave—. Entiendo que no te guste para nada, pero así será de ahora en adelante. Tómalo como un comienzo. Desaparecí para darte la oportunidad de que te probaras a ti mismo y desarrollaras algo muy importante que te servirá en el futuro: el coraje. Admiré la pelea y sabía que tenías cierta ventaja. Tienes un don muy especial. Puede que la súper velocidad no te parezca algo muy distintivo, pero ni te imaginas lo que puedes llegar a lograr siendo tú. Hace décadas y décadas que no se ha visto tu don, no sabes la suerte que tienes. Eres único.

Me ahorré el sentirme alagado para otro momento, porque justo tenía otra cosa en mente.

—¿Y Drew? —pregunté cortante. No se sorprendió por mi modo de haberle contestado.

—¿Ya puedo salir? —Oí que habló.

Amy sonrió.

—Sí, niño feo. Ya ha terminado.

Saltó del tejado en el que estaba y cayó al suelo como si fuera lo más natural del mundo. Al verme, sonrió y habló separando las palabras:

—Eso. A. Sido. ¡Grandioso! —exclamó—. De veras, fue toda una película de acción. Aunque en uno que otro momento me dieron ganas de interferir y repartir unos buenos golpes pero Amy quería que lo hicieras tú sólo —Lo miré confundido—. No sé, pregúntale a ella.

—Como dije antes de todo esto, mucho por explicar en una noche, mejor volvamos a casa.

No opuse resistencia. Los seguí camino a nuestro nuevo hogar.

Lo ocurrido, entre otras cosas que hizo reemplazar en mi memoria, provocó la falta de algo. Faltaba algo, y para ser exactos, ese algo ocupa un lugar en mis brazos. Lo había dejado ir. ¿Dónde estaba?

Amy me miró con cara extrañada, pensó y desapareció.

Drew y yo nos detuvimos. ¿Y ahora?

Miré a Drew con el ceño fruncido, pero él estaba mirando hacia todos lados buscándola. Lo único que noté, y no sé si mi amigo también, fue un ruido muy pero muy lejos que apenas lo percibía. Lo nombro porque ella se esfumó y no sé en dónde apareció ese ruido que ni siquiera logré identificar.

—¿Amy? —dudó Drew.

Al instante, ella reapareció delante de nosotros pero esta vez no estaba corriendo como siempre hacía.

3 comentarios:

  1. SIN.PALABRAS!!! estuvo GENIIAL!! me dio risa Drew - ya puedo salir? - jaja me super encanto julii :-)

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