domingo, 25 de marzo de 2012

Capítulo 2 — Softbol — Parte 2.

¿Qué hacía ella aquí? ¿Por qué parecía como si estuviera algo asustada o preocupada? No sé muy bien. Pero eso no fue lo más… “raro”, porque alzó su mano en la dirección de Drew y él salió despedido unos tres metros atrás, evitando el golpe que le estaba por asestar a Jake. Todos nos quedamos súper impresionados por lo que acababa de suceder.

Cuando ella estuvo al lado mío me tomó del brazo, cuya parte estaba chamuscada por mi caída, y por cierto, me ardió, pero no dije nada, y me arrastró hasta donde estaba Drew.

—¿Qué…? —comenzó a decir mi amigo medio atontado.

—Cállate —dijo ella mientras lo levantaba apurada.

Logrado eso nos dijo:

—Rápido salgan de aquí, vayan a la entrada y quédense ahí.

—¿Por qué? ¿Qué fue lo que pasó? —preguntaba Drew.

—Sólo háganlo.



Noté un tono en su voz, que creí que sería mejor hacerle caso. Simplemente porque la idea de que me lanzara por los aires como hizo con mi amigo no me parecía muy atractivo.

Lo miré, asentí y nos fuimos corriendo de ahí.

Al salir de aquel lugar. No se me ocurrió nada más para hacer que esperar a Amy… o lo que fuese ella.

Drew me miró con el ceño fruncido buscando alguna clase de explicación y yo me encogí de hombros.

En ese momento Amy cruzó la puerta.

—Rápido tenemos que irnos —mientras nos arrojaba a cada uno nuestras mochilas.

—Pero… ¿de qué estás hablando? —inquirió Drew.

Amy suspiró con aire de cansancio.

—Les explicaré todo luego y si no les importa síganme.

Y se dirigió con paso decidido hacia una limusina. Obviamente la seguimos y cuando estuvimos a unos escasos metros del vehículo, Amy mueve una mano y la puerta trasera se abre como si tuviese vida propia.

Primero entró ella y luego Drew.

—¿Qué esperas? —me preguntó Amy—. Entra.

No estando muy decidido lo hice y la puerta se cerró sola como se había abierto.

Dentro había dos asientos enfrentados uno con otro. Drew y yo nos sentamos en el mismo y ella en el de en frente.

Se volteó hacia la cabina del conductor y dijo.

—Hank, llegó la hora. Llévanos a la casa de Drew.

Dada la orden, el conductor encendió el motor y arrancó.

—Bien… bruja —dijo Drew—. ¿Nos dirás que… mierda acaba de pasar? —preguntó remarcando la grosería.

—Eso no es lo que importa en este momento. Antes necesito que me cuenten lo que pasó en la clase de gimnasia.

Sin más, Drew comenzó a relatar nuestra especial clase, pero se detuvo al decir:

—… y cuando Logan empezó a correr… —y dirigió su mirada a mí—. ¿Cómo hiciste para correr tan rápido?

—¿Rápido? —dije antes de soltar un quejido por un dolor que sentí en la mandíbula, por lo que, instintivamente me llevé una mano a ella.

Amy se envaró y me preguntó:

—¿Estás bien?

—Sí —dije pero luego solté otro quejido—. No.

—A ver, déjame —y dicho eso, presionó muy suavemente su delicada palma sobre mi mandíbula y lo siguiente fue que el dolor desapareció. Moví la mandíbula inferior comprobando si restaba alguna incomodidad. Pero no tenía más nada—. ¿Mejor?

—Sí —contesté—, pero, ¿cómo has hecho eso?

Sonrió.

—Sigue Drew.

Mi amigo, sin saber qué hacer, dudó unos momentos con la frente poblada de arrugas, continuó su relato, aunque le constó retomar de donde quedó. Y sí, hasta yo no entendía qué estaba ocurriendo.

—Como decía, Logan corrió y... no sé. Lo hizo demasiado rápido, ¿entiendes? Como a unos, emm, no sé, ni idea. Pero sus pies se movían a una velocidad… dudo si la palabra sería anormal, pero al parecer así fue.

—Sí, entiendo —dijo Amy. Pero lo dijo de una manera tan segura, obvia.

—Bueno, em… Entonces cuando él pasó disparado por la base en la que estaba Jake, y bueno, le metió la pata y Logan salió volando.

—Ah, eso explica tus lastimaduras —me dijo Amy dirigiéndose a mi.

—… luego de eso el profesor detuvo el juego. Y después es como que me enojé mucho… ahora que me doy cuenta, estaba furioso pero no como siempre. No me gusta que traten así a mis amigos —dijo con la vista hacia sus manos que estaban apoyadas en sus rodillas entrelazándose con sus dedos—. Cuando estuve por darle un golpe tan fuerte, que yo mismo sentí que lo mandaría a otro continente, volé hacia atrás y me estrellé el trasero con el duro suelo.

Drew levantó la vista hacia Amy con aire extrañado y el ceño fruncido y agregó:

—Antes de eso, ¿irrumpiste y gristaste “¡Drew, no!”? ¿O me estoy imaginando cosas?

Miré a Amy buscando respuestas.

—Ah, sí, eso. Luego les explico.

—¿Luego? —inquirí—. ¿Te parece que luego de que hayas hecho volar a mi amigo con sólo un gesto de tu mano, podemos esperar explicaciones cuando se te antoje?

Estaba furioso, pero la realidad era que esto ya me estaba asustando. Si no fuese Amy mi amiga, hubiese salido corriendo desde un principio.

—Espera —interrumpió Drew—, ¿tú hiciste que saliera despedido hacia atrás?

—En serio, chicos, ahora tenemos cosas más importantes que hacer.

Bufé y me dejé caer sobre el respaldo del asiento.

—¿Como qué?

Se limitó a poner cara de apenada y no contestó nada, aunque estaba impaciente por llegara lo de mi amigo.

La verdad es que lo único que yo quería en ese momento eran respuestas. ¿Cómo fue que Amy había podido hacer esa… cosa con la mano? ¿Por qué nos quiere a nosotros? ¿Qué quiso decir Drew con “cómo hice para correr tan rápido”?

Cierto, no había pensado en eso. Ahora que lo analizo, Drew me hizo una pregunta importante. Aunque, ¿fui tan veloz como para que pareciese raro?

Otra pregunta sin responder: ¿por qué Amy detuvo a Drew antes de que él lo golpeara a Jake? Eso me habría gustado y mucho. Pero tal y como están las cosas en este momento, creo que ella hizo lo correcto… eso creo.

¿Y si Amy no era la buena? ¿Y si ella fingió todo este tiempo ser nuestra amiga? Creo que me estoy apresurando mucho, siquiera entiendo nada.

—¿Qué eres? —preguntó Drew romiendo aquel incómodo momento.

1 comentario:

  1. esta muy buena la trama genial esta en la cuspide del suspenso sigue asi

    ResponderEliminar